Entre los días 21 y 24 de noviembre de 2007 se llevaron a cabo las “VII Jornadas Nacionales de Filosofía y Ciencia Política”, organizadas desde el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Facultad de Derecho de la UNMDP”. Con más de 130 ponencias presentadas, se llevaron a cabo paneles con una gran diversidad de temas, pudiéndose destacar los relativos a la problemática política nacional e internacional, la filosofía del derecho, análisis de política clásica, la política criminal y los derechos humanos, cuestiones actuales de la bioética, etc.; muchos de los cuales ya fueron analizados en ediciones anteriores por este mismo medio de prensa.
La importante presencia de destacados expositores nacionales y extranjeros nos obliga a realizar un balance de las mismas, pero sobre todo a  tratar de comprender el por qué de la importancia que han ido adquiriendo estas Jornadas.
La ciencia y la filosofía política, lamentablemente, no cuentan en los últimos años, con muchos espacios en los cuales se pueda intercambiar ideas y conocimientos. Producto de varias décadas de gobiernos autoritarios, represión, y una política sistemática de ataque a la cultura, el debate y el pluralismo de ideas han dejado de ser la regla, para transformarse en una verdadera rareza.
Es por ello que, cuando en diciembre de 2001 llevamos adelante la primera edición de estas Jornadas, nuestra intención fue la de poder crear un espacio permanente en la ciudad, en el cual pudieran encontrarse docentes, investigadores, alumnos y público en general, para intercambiar ideas y conocimientos en un ámbito de genuino pluralismo.
Creemos haberlo alcanzado.
Pero el mérito lejos está de pertenecernos en exclusiva. Nuestra tarea consistió, simplemente, en proponer temas de interés, e invitar a expositores de reconocida trayectoria y de las más diversas posiciones ideológicas. Estamos profundamente convencidos que la mejor forma de ayudar a un enriquecimiento de nuestra sociedad es promoviendo que en ella se discuta con absoluta libertad y sin ningún tipo de proscripción ideológica.
El otro aspecto importante es que el debate se lleve adelante en un ámbito de respeto mutuo y cordialidad. Alumnos y jóvenes investigadores presentan sus ponencias, las que son objeto de una crítica constructiva. Y creemos que es muy importante insistir sobre este punto. Cuando el único objetivo es destruir a quien piensa diferente, el resultado termina siendo el surgimiento de espacios cerrados, en los que sólo hablan los amigos, los que ‘piensan como yo’, y ningún crecimiento es posible.
Rosa Luxemburgo, la revolucionaria polaca asesinada en 1919, sostenía que “…la libertad es siempre únicamente libertad para el que piensa de modo distinto. No es por fanatismo de ‘justicia’, sino porque todo lo que puede haber de instructivo, saludable y purificador en la libertad política depende de ella, y pierde toda eficacia cuando la ‘libertad’ se vuelve un privilegio.”
Si queremos un país con instituciones sólidas y verdaderamente democráticas, con partidos políticos que representen los intereses de la comunidad, y no sólo lo de sus dirigentes, la Universidad pública tiene un rol importante que cumplir.
Fomentar el debate serio, libre y plural es algo más que una necesidad. Es una obligación irrenunciable.

Pablo Eduardo Slavin
Director del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales Facultad de Derecho - UNMDP