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Dra. Susana Delgado
Área Teórico Metodológica. Departamento de Historia. CEHIS. Facultad de Humanidades. UNMdP

Se cumplen sesenta años del golpe de Estado que derrocó al gobierno del general Perón. Mar del Plata, como todo el país, también fue una caja de resonancia de los enfrentamientos entre la Iglesia y el gobierno. La mayor visibilidad del conflicto se pudo apreciar en mayo de 1955 con la expulsión de las monjas franciscanas del Asilo Unzué, y como parte de la misma deriva ¨su regreso triunfal¨, en octubre del mismo año. El clima había comenzado a opacarse con la supresión de la enseñanza religiosa, a partir de la firma de una resolución del ministro Méndez San Martín, en diciembre de 1954, que eliminaba la asignatura de los programas escolares y en su lugar se designaban ¨consejeros espirituales¨ reclutados en la Fundación Eva Perón.
Cabe destacar que la enseñanza religiosa se impone como materia en todas las escuelas de la provincia de Buenos Aires, durante el gobierno conservador de Manuel Fresco, quien expuso en su plan de gobierno una educación religiosa, patriótica y física. Esta medida se hará extensiva a todas las escuelas públicas del país, durante la Revolución de junio de 1943, cuando el Ministro de Educación, general Elbio Anaya, promueva la educación católica para favorecer las virtudes del patriotismo y la obediencia. Sin embargo, dicha educación tenía una larga historia en el país a través del ingreso de las congregaciones religiosas desde el siglo XIX, que habían impulsado dicha formación en diversas provincias, muchas veces en espacio rurales, donde la élite aportaba el terreno y la construcción de los edificios apropiados para la alfabetización de los sectores instalados alrededor de la producción agrícola y ganadera.
En forma sistemática, la Sociedad de Beneficencia de la Capital, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, realizaba gestiones para que cada uno de los institutos a su cargo contase con una congregación que los dirigiese. En Mar del Plata, el Hospital Marítimo y el Solarium estaban regenteados por las Hermanas del Huerto, y el Asilo Saturnino Unzué, por las Franciscanas Misioneras de María. En este último, las monjas estuvieron al frente de la dirección del asilo, desde unos meses antes de su inauguración en marzo de 1912. Las gestiones para el arribo del primer grupo de religiosas estuvo a cargo de María Unzué quien mantenía contacto epistolar con la Madre Superiora en Roma, para la organización del funcionamiento.
Nos interesa reflejar estos aspectos históricos con la finalidad de desmitificar la introducción de cambios sustanciales en la vida de las internas del asilo antes y después del peronismo. Evidentemente, contra la creencia generalizada, las monjas franciscanas se mantuvieron en dicha función más allá del segundo gobierno peronista. Su retiro definitivo fue hacia 1969, durante la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía. Sin embargo, fueron el epicentrolocal del enfrentamiento entre la Iglesia y el gobierno. Una resolución ministerial de mayo de 1955 había sustituido a las monjas por personal laico. El desalojo se concretó el 13 de junio, cuando fueron trasladadas con cierta violencia, según el testimonio de las ex alumnas, al Patronato de la Infancia, ubicado en la avenida Juan B. Justo. Lo mismo ocurrió con el capellán de la institución. La atención espiritual de las niñas quedó suspendida y por decisión del Arzobispo, como era costumbre, ningún sacerdote oficiaba la Misa dominical.
Iniciada la “Revolución Libertadora”, el gobierno de facto dejó sin efecto la resolución tomada en Mayo, y designó nuevamente a las religiosas al frente de los asilos e instituciones.La referencia a estos hechos fueron difundidos por La Capital en octubre, con motivo del reintegro de las monjas al Asilo Unzué, a través de dos notas del 7 y el 9 de octubre. En la primera expresa: ¨…el 13 de junio del corriente año la población toda era conmovida en lo más hondo de su ser. Ese día se cumplía el mandato de una de las resoluciones más duras del gobierno depuesto-la número 4591- que disponía la intervención del hogar Saturnino Unzué, dependiente del Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública(…) las que eran arrancadas sin piedad ni consideración alguna del lado de sus hijas.Desde el título exhorta a la comunidad de Mar del Plata a participar del ¨restablecimiento de la libertad verdadera¨: ¨importa un acto de elevada justicia el reintegro de las misioneras de María al Hogar Saturnino Unzué¨. Como bajada se agrega: ¨Repara el mismo una medida eminentemente arbitraria dictada sin causa alguna que la justificase, por el régimen depuesto¨. El artículo tiene el carácter de una colaboración para La Capital y lleva las iniciales F.C. En ella el autor se pregunta: ¿¨cómo fue posible este atropello contra personas que solamente buscan el bien de sus semejantes.¨? A lo que se responde:¨Se había establecido un régimen gubernamental que compraba las voluntades y que no respetaba, pero sí violaba, hasta los sentimientos más íntimos del pueblo… la conmovedora resistencia ofrecida por las 360 niñas que ese 13 de junio pese a los brutales castigos de que fueron objeto y con los que se las pretendía dominar, se resistían al verse despojadas de sus verdaderas madres…¿puede concebirse acto más despiadado, inhumano y lleno de salvajismo? Pero un día del mes de septiembre pasado, los rayos fulgurosos del sol que más tarde brillarían… fueron desapareciendo las tinieblas para dar paso al empuje vigoroso y cristalino de la libertad. Y llegó la hora de la liberación de nuestra patria y con ella la liberación de todos los que la pisamos… y al encontrarnos con un gobierno que proclama el restablecimiento de la libertad verdadera dentro del marco de total justicia¨. (La Capital, 7-10-1955)
Por su parte, en el diario del domingo 7 de octubre, la noticia se titula: ¨La ciudad entera se identificó plenamente con las hermanas Franciscanas Misioneras de María, alentándolas en su social y humanitaria labor¨ Como subtítulo indica: ¨Una caravana de alrededor de 300 autos, al estilo de un desfile triunfallas escoltó hasta el Hogar, donde las esperaba un cartel que decía: ¨Bienvenidas a nuestro hogar¨. Según menciona la crónica, la caravana acompañó a las Franciscanas hasta el asilo, donde se realizó un acto iniciado con la entonación del Himno Nacional. Según refiere La Capital, la ciudadanía -conmovida por los agravios que las hermanas de la congregación habían recibido en junio-, acompañó con entusiasmo la vuelta al hogar. Allí continuaron su obra misionera, como ya expresáramos, hasta 1969. Excepto en esos cuatro meses de 1955 en los que la tensión entre la Iglesia argentina y el gobierno peronista alcanzó su máximo nivel, su accionar continuó sin interrupciones.
Claramente la restitución de las monjas al asilo significaba un acto de justicia. Lo interesante es percibir la utilización del hecho como parte de la propaganda institucional antiperonista al convocar a la ciudadanía a acompañarlas y a ensalzarlas como paladines de la ¨ libertad verdadera¨. Se había escrito un episodio más del enfrentamiento y la antinomia peronismo-antiperonismo que, en esta ocasión, había tenido su correlato en un combate por el dominio de los imaginarios entre el poder espiritual y el poder temporal.

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