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por Dr. Miguel Taroncher. Departamento de Historia – CEHIS- Grupo Cultura y Política

El 16 de septiembre de 1955, el general retirado Eduardo Lonardi y el contralmirante Isaac F. Rojas, junto con militares y civiles antiperonistas, desencadenan, un golpe de estado, esta vez triunfante, contra el segundo gobierno constitucional de  Juan Domingo Perón. Se iniciaba el movimiento cívico-militar que se conocería como la “Revolución Libertadora”. El 19 de septiembre la Marina de Guerra en Operaciones, bombardea objetivos estratégicos en la ciudad de Mar del Plata. El hecho histórico fue uno de los factores decisivos que determinaron el derrocamiento del presidente Perón.

Este acontecimiento de  singular importancia, por sus efectos institucionales en la vida política nacional, fue tratado desde la investigación histórica por Jorge Bergallo y Agustín Nieto que profundizaron sobre aspectos militares y sociopolíticos respectivamente. Junto con Claudia Lombardi, docente en las carreras de sociología y geografía, estamos trabajando en la recuperación de aspectos de vida cotidiana, política y memoria de los bombardeos como un acontecimiento social traumático en la vida de nuestra ciudad. La presente nota pone en perspectiva de la historia política los convulsionados momentos que la ciudadanía vivió en aquel momento histórico.

 

Mar del Plata: el fragor de la batalla.

El bombardeo de Mar del Plata, alivio la presión sobre las tropas sublevadas en el interior a punto de ser derrotadas por las fuerzas legalistas. Sus efectos en el escenario político fueron adversos para el oficialismo.  Luego de estas acciones y ante la amenaza de atacar las destilerías de La Plata y también Dock Sud, el ministro de Ejército general Lucero, solicita una tregua y lee una carta de Perón en la que, para poner fin a la guerra desatada, delegaba en ambiguos términos, el mando al Ejército. Con la Flota de Mar bloqueando el Rio de La Plata y a la espera de las órdenes para desencadenar un nuevo ataque sobre objetivos económicos y civiles los jefes sublevados pudieron negociar en una posición de fuerza que les permitió rechazar los términos propuestos por el oficialismo. El éxito de las acciones bélicas en Mar del Plata, transformó la inminente derrota militar de la “Revolución Libertadora” en un éxito político.

Isidoro Ruiz, Moreno en su libro “La Revolución del 55” transcribe el parte informativo previo al bombardeo en el que se puede apreciar la disposición de los sublevados a desatar acciones destructivas que además contenía sus exigencias militares. El domingo 18 de Septiembre a las 21:15 el jefe de la base naval recibió el siguiente mensaje “Por orden del comando revolucionario, [se debe] informar a la población por todos los medios que a partir del amanecer serán bombardeadas las posiciones que se oponen al movimiento, además de la Escuela Antiaérea y los tanques de petróleo del puerto. Por lo tanto deberán evacuarse las zonas de la explanada, desde Playa Grande hasta la Bristol en una profundidad mínima de cinco cuadras y las proximidades de los otros objetivos. Para evitar mayor destrucción exijo presentación a bordo de inmediato del director de la Escuela Antiaérea y Comandante de la Fuerza de Submarinos. Si antes de medianoche no se ha escuchado a las emisoras locales propalar la orden de evacuación, se incluirá entre los objetivos a bombardear a esa base naval”

Difundida por la red de propaladoras y radios la orden de evacuar la franja costera una ola de pánico y de terribles rumores, legitimados por los sangrientos resultados de los bombardeos del 16 de junio en Capital Federal, se apoderó de la ciudad. Mar del Plata se conmocionó ante informaciones de todo tipo que aseguraban la inminencia no solo del bombardeo de los objetivos del litoral atlántico, sino de la estación de ferrocarril y otros objetivos estratégicos dentro y fuera de la ciudad. La difusión de los rumores junto a la incertidumbre que provocaban las noticias oficiales, determinaron que cientos de familias y ciudadanos, con el objetivo de proteger sus vidas de otra posible masacre, se desplazaron por las principales avenidas, en todo tipo de medios de locomoción hacia zonas periféricas. Abigarradas multitudes se agolparon en las principales avenidas  portando, objetos de valor, colchones, enseres, y sus más preciados  y valiosos recuerdos materiales.

El lunes 19, en circunstancias climáticas adversas, se efectuó un primer y fallido bombardeo por parte de un avión naval que falló en su objetivo. Tras este primer fracaso el crucero “9 de Julio” se desplazó hasta posicionarse frente a los tanques de petróleo de YPF. Jorge Bergallo relata con precisión describe el núcleo de los principales acontecimientos: “Como oficial Spotter, es decir el tiro desde tierra y ordenar las correcciones para dar en el blanco fue designado el teniente de navío Cesar Augusto Guzetti [futuro Ministro de Relaciones Exteriores del Proceso de Reorganización Nacional]. Preparó una grilla en una carta de navegación y la transmitió por radio al crucero no sin cierta dificultad porque la base naval estaba sin energía eléctrica al haber sido cortada la alimentación desde el exterior. Observando donde caían los disparos indicaba al jefe de artillería del crucero si debía tirar más largo, más corto o corregir lateralmente. Los primero disparos que, normalmente son para reglaje, se efectuaron cortos adrede de tal manera de evitar que cayeran en zonas urbanizadas. El tiro se efectuó a una distancia de 8500 metros aproximadamente y duró diez minutos. Se emplearon las torres de tres cañones de 6 pulgadas de calibre cada una. Se dispararon 68 proyectiles, cayendo en un rectángulo de 200 metros de profundidad por 75 de frente. De los once tanques de depósito de combustible, nueve fueron totalmente destruidos y no se registraron víctimas personales. En el mensaje 190840, el 9de Julio le informó a la flota: “Objetivo destruido. Me dirijo a Puerto Belgrano”.

El blog de “Fotos de Familia” de La Capital, un importante registro para la reconstrucción de la historia local, enriquecido por los testimonios tanto gráficos como escritos da cuenta de subsiguientes bombardeos que tuvieron como objetivo zonas en las que el ejército, leal a las autoridades constitucionales, se había apostado con miras a evitar el desembarco de los marinos. La escuadra de torpederos efectuó tiros rasantes sobre objetivos terrestres en la parte alta de la cancha del Golf Club así como la rotonda de la Explanada y la zona de Juan B. Justo y Tucumán cinco camiones con tropas del Ejército. Finalmente, a las once y veinte los destructores San Juan, San Luis y Entre Ríos, dispararon durante doce minutos, previo aviso y evacuación, sobre el Regimiento “Escuela de Artillería Antiaérea” en Camet, teniendo como objetivo la torre de agua y la antena del radar.

En el transcurso de los días 19 y 20 de Septiembre los navíos zarparon para integrarse a la Flota de Mar en el Río de La Plata. La Junta de Generales que gobernaba en ese momento la República, luego de los acontecimientos en Mar del Plata y la firme voluntad demostrada por la Marina de continuar con los procedimientos ya empleados, resignificó la carta de renunciamiento del presidente. Ésta fue tomada como renuncia. El 23 de septiembre de 1955, en el Salón Blanco de la Casa Rosada,  el general Eduardo Lonardi asumía como primer presidente de facto de la Revolución Libertadora.

 

 

Bergallo, Jorge, “1955 - La Armada Argentina bombardea Mar del Plata”, Tesina de Licenciatura, Departamento de Historia, Facultad de Humanidades, UNMdP, Mar del Plata, 1998.

 

Nieto, Agustín, La "revolución libertadora" en perspectiva local: Los bombardeos en el puerto de Mar del Plata. En torno a los orígenes de la guerra civil en Argentina, 1995.  Trabajos y Comunicaciones, 2009, no. 35, p. 19-44

 

Taroncher, Miguel Ángel, Bressan, David, “Relatos de la Revolución Libertadora en Mar del Plata: narratividad y recuerdos de los bombardeos del 19 de Septiembre de 1955”. Jornadas Departamentales de Historia, 2008.

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