Resulta familiar la ayuda psicológica que se presta en un centro de salud, un hospital o un consultorio clínico, escenarios más o menos estables y predecibles, a donde la gente acude por algún problema o dolencia más o menos específica.

La ayuda psicológica resulta menos familiar, y quizás también más arriesgada, cuando tiene lugar en momentos especialmente críticos e imprevistos: las emergencias.

Actualmente, ya no cabe duda de que la intervención en estas situaciones debe cubrir tanto aspectos físicos como psicológicos y sociales.

Tras los últimos acontecimientos, especialmente las masacres de Madrid y Beslán, se percibe con más claridad la necesidad de contar con la figura del psicólogo en la catástrofe, como un recurso más, enmarcado en un enfoque multidisciplinar en la gestión de las catástrofes.

Diversas investigaciones sobre los beneficios de la primera ayuda psicológica afirman que una intervención adecuada:

- Tiene una influencia positiva sobre las reacciones psíquicas de las víctimas, ayudándolas a recuperar el equilibrio roto por la situación que están viviendo

- Favorece la resolución de las secuelas que quedan después del acontecimiento traumático

- Repercute en el personal interviniente facilitando la noción de control de la situación y, por lo tanto, el control de sus propias reacciones

El conocimiento, comprensión e interpretación de las reacciones psicológicas de las víctimas -sean éstas como sujetos individuales o en su conjunto como colectivo de una sociedad- se basan en un conjunto de premisas teóricas que van desde el modelo explicativo del estrés, basado en las respuestas psicológicas de los individuos durante situaciones de desastres o eventos traumáticos, elaborado por Janis en 1954, hasta los últimos descubrimientos del Estrés- Trauma y su capacidad para el cambio del contenido bioquímico cerebral (John Everlin, 1997).

Así mismo, los conceptos que definen las catástrofes como inesperadas, con carácter de urgencia, como impacto social sobre comunidades enteras, con manifestación de peligro, con duelos individuales y colectivos, etc., propicia que podamos entender la psicología de emergencias y desastres como una rama de la psicología que se orienta al estudio de las reacciones de los individuos y de los grupos humanos antes, durante y después de la situación de catástrofe.

Colombia, Perú, Venezuela, Méjico, Estados Unidos y en especial en España, se encuentra ampliamente desarrollada, con formación institucional de profesionales especializados y con la competencia en los distintos estamentos, referente a planificación de asistencia Psicológica en Catástrofes, Desastres y Atentados.

En nuestro País tiene un escaso desarrollo, tanto en la inclusión formal y orgánica, por lo cual es sumamente meritorio, este emprendimiento de la Facultad de Psicología, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, de ubicarse a la vanguardia en nuestro País, mediante la implementación del presente curso.

Como antecedentes se presencia, por primera vez en cursos que se llevaron a cabo en los años 2004 y 2005 en Bolzano, Italia, como una respuesta a la necesidad de contar con profesionales de la salud mental debidamente entrenados en emergencias, desastres y en el cuidado de los equipos de intervención.

La necesidad de contar con profesionales capacitados y entrenados surge también en nuestro país, a partir de la actualización en los Organismos comprometidos con la Emergencia, se comienza atrabajar en la necesidad de contar con profesionales capacitados y entrenados en Control Psicosocial en Catástrofes, Atentados y Desastres.

Además, como consecuencia de haberse registrados en los últimos años diversos siniestros y eventos de importancia traumática en nuestro país y en particular a partir del incendio en el establecimiento Cromañón, es que aparece formalmente la carencia de profesionales especializados, que se encuentren organizados y familiarizados con las organizaciones que operan ante tales situaciones, como son Bomberos, Junta de Densa Civil y otros entes Nacionales, Provinciales y Municipales.

Lic. Mario Arraigada, desde el año 2012, se desempeña como Asesor Operativo en la Región Sudeste de la Federación de Bomberos Voluntarios de la Pcia de Buenos Aires.

Desde el año 2011, es Psicólogo Operativo en la Emergencia, prestando servicios como incorporado a la dotación del Cuartel 182, de Bomberos Voluntarios de Santa Clara del Mar.

Desde el 2013, es Director de Operaciones y Capacitación del G.I.C.A.D, (Grupo de intervención en Catástrofes, Atentados y Desastres), con base en el Cuartel de Santa Clara del Mar.