flecha
Jueves, 16 de Mayo de 2024
botonera 1
Becas UNMdP - SSU
Accidentes Laborales
Concursos
Extensión Universitaria
Transferencia y Vinculación Tecnológica
Comunicación y Relaciones Públicas
Noticias
Enlace La Capital
Links útiles
Galería de Fotos
Press Room
La Universidad en los Medios
Televisión
Radio Universidad
Enlace Impreso
Agenda
21 puntos básicos por el derecho a la comunicación
EUDEM
CINTUS
PEPBA 2020

Por Guillermo Cicalese y Silvina Pereyra

   La National Geographic Society es la institución que edita la National Geographic Magazine, esta entidad  que se fundó en 1888 al igual que otras organizaciones geográficas decimonónicas típicas de la época, estaba conformada por notables que constituían la élite dominante. Su distinguida membresía estaba integrada por banqueros, exploradores, inventores, geógrafos, ingenieros, militares y geodestas; que inspirados por una fuerte filosofía positivista encaraban un proyecto científico y de consecuencias prácticas. Estas iniciativas corporativas de la élite cultural se comprenden mejor si se las coloca en su contexto histórico donde primaba el espíritu de progreso y las enfáticas pretensiones colonialistas o neocolonialistas de las dirigencias en los países europeos y en los Estados Unidos de Norteamérica en particular. La revista que en sus orígenes tenía el estilo de un journal tomaba rápidamente otro rumbo editorial. El austero boletín en tonos terracota, tamaño folleto con un tirada de 200 ejemplares enviados a un pequeño círculo de especialistas quedaría atrás. La magazine logró con el tiempo llegar al aprecio del gran público con narraciones vivas de los exploradores en primera persona y un empleo creciente de la tecnología puesta al servicio de las imágenes, mapas y fotografías que número a número se difundían ocupando la mayor parte de sus páginas. 

   Al correr del siglo XX la empresa se convirtió en algo más que una revista de geografía pintoresca, ese fue sólo su origen; ya que fue el puntal desde donde se desarrolló bajo un modelo de organización sin fines de lucro un complejo multimediático con redes globales. Para tener idea de su dimensión basta decir que la revista hoy en día es traducida a 28 idiomas, con una tirada de 8,5 millones de ejemplares. En forma reciente la Sociedad ha puesto en la calle  otros materiales impresos entre los que podemos citar: National Geographic Traveller, National Geographic Adventure, National Geographic Kids y National Geographic Explorer; totalizando entre todas 11,5 millones de lectores. Sus colecciones y libros desde 1907 han puesto a la venta 2.000 títulos en 32 idiomas, distribuyendo hasta el presente un promedio de 150 libros al año. Además cuenta con un canal de TV que llega a una audiencia de 230 millones de personas en 163 países en 27 idiomas diferentes.

   El magazine de la National Geographic Society sin duda se ha convertido en un éxito de la geografía  popular, los datos de expansión de la Sociedad y su diversificación son asombrosos, es muy difícil encontrar otra empresa educativa de tal magnitud y persistencia a lo largo de los años. El pacto explícito con sus lectores contenía las coordenadas principales de su punto de vista, que por otra parte quedó muy claro desde sus primeros números. Entre las reglas que sostenían la base de su manual de estilo se recalcaban entre otras unas muy sugestivas: “abundancia de ilustraciones bellas, instructivas y artísticas”; “no se publica nada que tenga un sesgo partidista o un carácter polémico”; y “sólo se imprimen las cosas agradables sobre los diferentes países o sus gentes y se evitan las desagradables o las de carácter impropiamente crítico”. Este pacto pudo mantenerlo con relativa continuidad a pesar de las reacciones que generaron entre sus suscriptores algunas notas tempranas, como aquéllas en las que se reproducían fotos de nativas mostrando los pechos que parecían desafiar la moral puritana, las que retrataron la Alemania hitleriana de los 30 con cierta prosa entusiasta, y aquéllas más tardías sobre el Bronx neoyorkino y sus minorías raciales a principios de los 70. Este último reportaje exhibía una señal inequívoca que las políticas de contenidos de la magazine gradualmente evolucionaban en otro sentido.

   Los dirigentes de la Sociedad siempre atentos a los “intereses nacionales” pusieron su departamento cartográfico durante la primera guerra mundial, con la precisión racionalista que caracterizaba a sus mapas, a dibujar los teatros de operaciones que utilizaba el ejército en el frente de batalla europeo. Pero también, su servicio llegó a las oficinas burocráticas en el exterior con información cartográfica estratégica sobre Centro América u Oceanía, territorios que se encontraban bajo administración, dominio o el simple interés del Departamento de Estado. Además, la bibliografía reciente prueba con buenos argumentos y hechos que los reproches por su acentuado racismo o por sus miradas agudamente etnocéntricas no eran infundados, sobre todo cuando se echaba mano de representaciones, discursos e imágenes que versaban sobre el Tercer Mundo. Es más, fuentes desclasificadas, testimonios recogidos  y archivos de la misma publicación han revelado que algunos de sus exploradores satisficieron en sus itinerarios encargos de la CIA durante la etapa más álgida de la Guerra Fría. En suma, las dimensiones de un emprendimiento editorial que ha tenido tan impresionante despliegue, puede encontrarse en un conjunto de condicionantes diferentes, empero no podemos dejar de señalar el hecho de que la National supo desenvolverse y crecer aprovechando una red  que se tejía en el seno de un Estado Nacional que con el correr del Siglo XX se convertiría en una potencia hegemónica global.

 

(*)Proyecto: Instituciones geográficas, pensamiento territorial y publicaciones populares. National Geographic Magazine, cincuenta años narrando el lejano sur latinoamericano (1940-1990). UNMdP – Facultad de Humanidades, 2014-15 (cicalese @mdp.edu.ar)

Emprendedor XXI Galicia Sueldos Universia
banner final
iso unmdp