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En el ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Grupo de Investigación “Economía Agraria” viene desarrollando, desde hace un tiempo, estudios sobre el comportamiento y las preferencias de los consumidores respecto a alimentos con calidad diferenciada. Los mercados de este tipo de productos se caracterizan por vincular las valoraciones de los individuos a cuestiones de salud y nutrición y procesos productivos. El desafío de estas investigaciones con un enfoque interdisciplinario se centra en dos cuestiones relevantes: captar la información que poseen los consumidores acerca de los atributos de calidad de los alimentos y cuantificar  la valoración que realizan de los mismos.

Dentro de los recientes enfoques de estudio de los mercados de productos diferenciados por calidad, se encuentra la economía experimental; ésta permite aplicar instrumentos de análisis que integran enfoques cualitativos -como, por ejemplo, grupos focales, entrevistas a informantes calificados y degustaciones comparativas de alimentos- con enfoques cuantitativos -aptos para estimar la importancia relativa que los consumidores dan a los distintos atributos de calidad y cuánto más están dispuestos a pagar por un alimento diferenciado-.

En la aplicación de estos enfoques, el Grupo de Investigación profundizó en el consumo de un alimento producido con bajo impacto ambiental como lo es la papa fresca obtenida bajo el sistema de producción  integrada -dicho manejo, propone un uso mínimo y racional de agroquímicos a fin de lograr producciones sustentables y no agresivas ni para el medio ambiente y ni para las personas involucradas en el mismo y que, además, sea rentable-.

Durante las primeras etapas de la investigación, se desarrolló una estrategia exploratoria empleando métodos cualitativos. Específicamente, para los grupos focales, la selección de los participantes incluyó consumidores de este producto-personas que preparan alimentos en sus hogares-, chefs de restaurantes y demás actores vinculados con la producción y la comercialización de papa fresca y procesada. Lo anterior, permitió una primera aproximación a las percepciones de calidad, a las elecciones y al grado de conocimiento que poseen los consumidores como a la visión que tienen los productores y los comercializadores acerca del perfil del consumidor de su producto. Asimismo, se obtuvo información respecto a la importancia asignada a este alimento básico en los distintos canales de comercialización, las estrategias de venta y de distribución y las limitaciones que presenta la expansión de su consumo en el mercado interno.

Luego, en una etapa posterior, se desarrollaron análisis estadísticos y econométricos empleando datos obtenidos de una encuesta realizada a 500 hogares marplatenses consumidores de papa, durante el 2009. Dicha encuesta, fue actualizada mediante un relevamiento llevado a cabo en los distintos lugares de venta de papa -verdulerías y super/hipermercados-, en octubre del 2012.

Entre  las conclusiones a las que se arribó se destaca que:

·        En general, los hogares marplatenses compran, semanalmente, 4 kg de papa fresca y la consumen con una frecuencia de 3 a 4 veces por semana.

·        Los consumidores, en promedio, opinan que comer papa es importante para llevar una dieta balanceada. No obstante ello, surge claramente el desconocimiento y la confusión que la población posee sobre las variedades y la aptitud culinaria de la papa fresca. De los 500 entrevistados, sólo un 17% supo identificar correctamente qué es una variedad de papa.

·        Únicamente la mitad de los encuestados (250 personas) pudo indicar al menos un nutriente al que contribuye la ingesta de papa. La gran mayoría de los que conocía algún nutriente mencionó “hidratos de carbono” (83%) y, entre ellos, el 22% se refirió directamente al “almidón”.

·        Los consumidores relacionan   la “mala calidad” con una papa   brotada, verde , blanda / gomosa, y con feo sabor. La presentación en estado sucio no fue asociada a  “mala calidad”

·        El 75%  de los participantes afirma estar dispuestos a pagar “un poco más” por 1 kg de papa fresca integrada.

·        Por su parte, los más jóvenes se manifiestan más proclives a consumir papas con bajo contenido de agroquímicos. Esto podría deberse a una mayor concientización generacional acerca de consumir alimentos saludables, como así también de los costos sociales que implica el daño ambiental.

Una serie de publicaciones que generan estos investigadores se aproximan al concepto de consumo consciente, del que nos habla el libro titulado “La historia de las cosas” de Annie Leonard (2010), que trata de dar preferencia a los productos menos tóxicos, menos explotadores y menos contaminantes, a la vez que se evita producir todo producto ligado a abiertas injusticias ambientales, sanitarias o sociales. Para consolidar el consumo consciente surgen permanentemente nuevos temas de investigación ligados a otros productos hortícolas y  alimentos. De los mismos, se desprende la utilidad de conocer las preferencias de los consumidores y una clara necesidad de indagar sobre la articulación entre el sector público y el privado  para garantizar normas de calidad que justifiquen la disposición a elegir y a pagar por una canasta de alimentos que posean estas características o atributos de calidad.

 

Grupo de Investigación “Economía Agraria”, FCEyS-UNMdP

Responsable: Lic. (MSc.) Elsa M. Rodríguez (emrodri@mdp.edu.ar)

Integrantes: Lic. Beatriz Lupín, Lic. (Mg.) Néstor Alfonso, Cdora. Julieta Rodríguez y  Lic. Graciela Franco

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