por Juan Carlos Mantero
La poesía perdura más allá de la presencia y la voluntad de aquel que nutre el universo intangible de lo creado. La proyección de Alfonsina de la orilla al horizonte así lo confirma y la reciente partida de María Wernicke, apenas superado el dolor de su ausencia, lo ratifica.
Aunque María ya no comparte nuestros días, la intensidad de sus poemas y las imágenes suscitadas por sus palabras nos acompañan. Su obra poética da testimonio de sus vivencias y expresa su singular sensibilidad, condiciones que se aprecian en cada uno de los temas que le inspiran y confieren sentido a su vocación.
Ciudadana Ilustre de Mar del Plata por su meritoria trayectoria en el ámbito de las artes y la literatura, en secuencia de poemas que partiendo de su primer libro Los poemas del último año presentado por Jorge Luis Borges en la sede de la Fundación Argentina para la Poesía en 1969, alterna publicaciones que le dan a conocer y premios que le confieren estímulo y garantizan difusión. De las publicaciones Figuras en 1972, Imágenes de la madre en 1977, Estoy pensando en uvas en 1987, La torre del Homenaje en 1997, el audio libro La palabra desnuda en 2007 permiten el goce de la poesía y en su más recientes Poemas anteriores en 2009, palabras de su pluma al evocar a Alfonsina constituyen la mejor expresión de su sensibilidad y proyección:
Canción sin flores
Ya no le quedaban rosas, el cielo no prometía
y aquella mujer tan sol, que su nombre no valía
para ser nombre de amor y para atarla a la vida.
El cielo no prometía, y aquella mujer tan sola,
por las calles sola iba,
inclinada por el viento,
mojada de sentimiento, que es una lluvia tan fría.
Ya no le quedaban rosas, solo había una pared,
cuando la mujer se fue, se sabía adonde iba,
porque llevaba en los ojos, un color de despedida
Dicen que el mar se acercó,
y caminado entró.
el mar no conoce a nadie, no tiene amor ni enemigo,
está ahí como esta en el aire. Se respira, y es olvido.
Dicen que al mar se acercó.
un soneto le tapaba
la cara que le lloraba,
el pecho que se le hundía
el hombre que recordó
y la palabra pensada.
Un soneto le tapaba
la boca con un quejido,
todos estaban dormidos
mientras ella se ausentaba,
muerta de muerte en el fondo,
pequeña y desalentada.
Ya no le quedaban rosas,
el cielo no prometía,
y aquella mujer tan sola
sólo quería la ola,
donde todo se termina.
La ola, sólo la ola,
y Alfonsina, y Alfonsina.
La presencia de Alfonsina y María en Mar del Plata nos plantea el desafío de acceder a la poesía a través de sus palabras y sus silencios que permiten comprender mejor el sentido de lo cotidiano y lo trascendente y apreciar los atributos y las condiciones que les hacen necesarias, coincidentes y diferentes.
Poeta es quien sustenta la creación y se expresa con la cadencia que convoca y conmueve. María Wernicke a través de su obra poética descubre y revela el mundo, en la consecuente búsqueda del sentido de la existencia y la perdurable transparencia de sus palabras.
María Wernicke partió hacia el universo en Mar del Plata el día viernes 4 de octubre de 2013.
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