por Marcelo Huarte[1]

La papa es el tercer cultivo alimenticio del mundo y no es fácil de reemplazar su valor en la seguridad alimentaria de las comunidades de bajos recursos a las que el cambio climático afecta en forma significativa. Durante siglos, las especies y variedades nativas de papa han sido localmente seleccionadas por los agricultores andinos a fin de asegurar su subsistencia en las duras condiciones ambientales de esos valles y quebradas de altura. Estos pequeños agricultores fueron capaces de seleccionar y mantener una alta diversidad de germoplasma mediante el cultivo de mezclas de papas nativas en el mismo campo, con clones de ploidía diferente, variables en madurez, en el nivel de resistencia a las plagas, enfermedades y al estrés y con una calidad organoléptica excelente. Por otro lado, los grandes productores comerciales de papa están bajo un gran riesgo frente a condiciones climáticas extremas e impredecibles en cada temporada, lo que afecta a la cadena de suministro de papas para el gran consumo. Hay pocas tecnologías que tienen un efecto neutro sobre el medio ambiente y el mejoramiento genético es una de ellas. El mejoramiento tradicional no tiene externalidades negativas y también hay importantes herramientas biotecnológicas que pueden mejorar su eficiencia sin aumentar los riesgos o los efectos negativos, entre ellos la aceptación por parte del consumidor. Por otro lado, se requiere una acción complementaria entre los países para producir resultados significativos en relación al estrés abiótico y el biótico afectados por el cambio climático. La estrategia de trabajar en una red internacional cubre las necesidades de evaluar en una variada gama de condiciones ambientales material genético muy diverso y la robustez de las estadísticas necesarias para el trabajo fisiológico, agronómico y molecular. Cerca de 200 genotipos son probados rutinariamente en Argentina, en condiciones de laboratorio, invernadero y campo. Una "colección núcleo" que incluye genotipos adaptados a día corto y largo, se ha definido para su uso en todos los experimentos con el fin de dar respuesta a una gama más amplia de situaciones climáticas entre los países participantes del Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay y Brasil). Estas evaluaciones se completan con estudios de diversidad molecular de genes candidatos para resistencias bióticas y abióticas, entre otros caracteres. Hasta ahora, el énfasis sobre el Tizón Tardío y la tolerancia a sequía, han sido los principales objetivos que orientaron la investigación. Se han iniciado esfuerzos similares relacionados con la sarna común, los nematodes, el virus PLRV, aspectos relacionados a la calidad culinaria  y otras limitantes bióticas que se combinan con los objetivos principales. Se realiza el mapeo genético por asociación de estos caracteres de importancia agronómica. El pre-mejoramiento con especies nativas de papa se realiza con el fin de obtener genotipos superiores con características combinadas o mejoradas. Numerosos cruces entre diferentes especies emparentadas de la papa ya han brindado excelentes resultados en relación a estas limitantes bióticas y abióticas. La diseminación de los genotipos con una mayor  capacidad de "buffer" para enfrentar el cambio climático es el resultado esperado de esta investigación, que es posible de aplicarse en muchas otras regiones del mundo