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Desde Argentina, Martinica quizás evoca la postal trillada de una playa caribeña bañada por el mar turquesa, cuya exuberante naturaleza convive con grandes hoteles que atraen a visitantes entretenidos por las virtudes del paisaje y el confort de la industria del turismo. Sin embargo, esta isla antillana ostenta un nutrido acervo cultural, del cual emerge, en pleno siglo XX, una figura central del Caribe y de América Latina: Aimé Césaire (1913-2008). La celebración del centenario de su nacimiento ha dado origen a numerosos coloquios y publicaciones especiales en América, Europa y África con el objeto de revisar el valor e impacto de su obra literaria, así como su trayectoria en tanto figura conspicua de la vida política de su isla natal.

Césaire nació en una pequeña comunidad del norte de Martinica el 26 de junio de 1913.Sus méritos intelectuales le valieron una beca para completar los estudios secundarios en el reconocido liceo Louis-le-Grand de París, hacia donde marchó en 1931. En ese establecimiento se produjo el  encuentro decisivo con el senegalés Léopold Sédar Senghor. Los años parisinos se extendieron hasta 1939, cuando concluyó sus estudios en la Escuela Normal Superior. Además de una formación académica de máximo prestigio, ese período significó para Césaire el descubrimiento del África, el continente desde donde habían sido transportados sus ancestros en calidad de esclavos y cuya imagen deliberadamente negativa implicó su profundo desprecio, incluso entre los negros. Comprendió que no se trataba de un ámbito signado por el salvajismo y el atraso cultural como pretendía la cultura europea, sino que allí habían prosperado civilizaciones milenarias, lo que implicó la revalorización tanto de su continente de origen como de su raza. Esto dio lugar al surgimiento del movimiento de la Negritud.

Justo antes de emprender el regreso a Martinica, Césaire publicó en la revista Volontés su célebre poema Cuaderno de un retorno al país natal, que pasó inadvertido por la explosión de la Segunda Guerra Mundial. Fue André Breton quien, durante su paso por Martinica, cambiaría la suerte del texto, pues lo descubrió azarosamente en una edición de la revista Tropiques e inmediatamente se deslumbró con sus méritos líricos, por lo que quiso conocer a su autor. “Un gran poeta negro” es el laudatorio texto que le dedicó el líder del surrealismo y que pasó a ocupar el lugar de prefacio en ediciones ulteriores del Cuaderno.

Césaire continuó escribiendo poesía durante toda su vida, aunque también incursionó en otros géneros literarios. Se dedicó al teatro durante la década de 1960, en el contexto de las independencias de países africanos y caribeños. Sus tres piezas dramáticas, de marcado sesgo político, abordan el conflicto colonial: La tragedia del rey Christophe(1963) recupera la figura del monarca haitiano del siglo XIX, Una temporada en el Congo(1966) pone en escena al líder congolés Patrice Lumumba y Una tempestad(1969) reelabora en clave colonial la obra de William Shakespeare La tempestad. La misma problemática es objeto de su ensayo más citado –incluso por FrantzFanon–,Discurso sobre el colonialismo (1955), en el cual arremete contra la empresa colonial europea y, entre otros argumentos, sostiene que con Hitler Europa sufre puertas adentro la crueldad que ejerció en los territorios que sometió a su yugo.

La escritura de Césaire fue paralela a su desempeño como alcalde de Fort de France –capital de la isla– (1945-2001) y  diputado por la Martinica (1946-1994). Así, es responsable, junto a otros legisladores, de la denominada departamentalización, lo que supuso para Martinica –así como para Guadalupe, Guayana y la isla de la Reunión, esta última en el Océano Índico– un nuevo estatuto administrativo que ratificaba la pertenencia al Estado francés. Hasta el final de sus días debió defender este proyecto aduciendo la imposibilidad de acceder en lo inmediato a la independencia por motivos estructurales.  

Buena parte de su obra está traducida al español, desde la temprana versión castellana del Cuaderno aparecida en Cuba en 1943 hasta una reciente edición bilingüe de Una tempestad que publicó en Buenos Aires el sello independiente El 8vo loco. La obra de Césaire aguarda a los lectores de habla hispana para descubrir tanto méritos literarios como ideas de las que se nutrieron numerosos pensadores y que permiten comprender aspectos centrales de la cultura del siglo XX.

Francisco Aiello

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