Se realizó con éxito una experiencia de trabajo interdisciplinario, llevada a cabo por estudiantes de las asignaturas ‘Creatividad para Ingenieros’ y ‘Diseño IV’, de las carreras de Ingeniería y de Diseño Industrial, respectivamente. La actividad se realizó en el marco de un convenio existente entre las Facultades de Ingeniería y de Arquitectura.
Sobre una problemática concreta, y con aplicación práctica inmediata, los estudiantes de ambas carreras trabajaron en forma conjunta, compartiendo no sólo saberes específicos sino también ‘formas de pensar’ diferentes.
El trabajo surgió en respuesta a una demanda concreta planteada por un taller protegido de una localidad cercana (Lobería). Merece detenerse en el trabajo que realiza este taller.
Luego de un trabajo de concientización en la población, desarrollado en conjunto por el taller y fuerzas vivas de la ciudad, se instalaron contenedores en distintos puntos de la ciudad para que la población deposite materiales reciclables (papel, plástico y aceite,) de los residuos domiciliarios.
El Municipio se ocupa de vaciar los contenedores y llevar el material al taller, donde los operarios (todos con capacidades especiales) se encargan de clasificarlo y prepararlo para ser vendido a empresas de reciclado. Una parte de lo obtenido por la venta se reparte en forma equitativa entre los operarios y el resto se utiliza para mejorar las condiciones de trabajo en el taller (mejoras en las instalaciones, construcción de un Salón de Usos Múltiples, etc).
De esta forma se logran varios objetivos: por un lado, se encara una problemática ambiental motivo de generalizada preocupación. Al hacerse la separación en origen (la etapa más compleja en del reciclado de residuos sólidos urbanos), se disminuye significativamente la cantidad de basura a transportar y disponer en el predio final. Es importante destacar que esta etapa cuenta con la participación plena y voluntaria de la mayoría de la población. Por otro lado, se dignifica el trabajo de los operarios del taller, quienes no sólo reciben una remuneración por su labor, sino que también los hace sentir partícipes del cuidado ambiental de su ciudad.
La respuesta de la población es de tal magnitud que la capacidad de los contenedores es asiduamente desbordada, con los perjuicios que esto trae aparejados.
Ante esta realidad, los estudiantes de ambas Facultades trabajaron con 2 consignas diferentes: a) mejorar los contenedores ya existentes y b) diseñar nuevos contenedores que reemplacen a los actuales. Del trabajo interdisciplinario surgieron 16 propuestas, las que están siendo evaluadas por las autoridades de Lobería.
Por otro lado y simultáneamente, los estudiantes trabajaron en la elaboración de propuestas para aumentar la rentabilidad del material recolectado. Se generaron proyectos para fabricar diferentes objetos de pasta de celulosa moldeada.
De esta experiencia de trabajo interdisciplinario, tanto de formación de futuros profesionales como de intervención en una realidad concreta, surgen varias consideraciones.
La primera es que la experiencia persigue un objetivo académico claramente definido. La interacción entre estudiantes de distintas carreras, en la etapa de formación profesional es una necesidad imperiosa en la actualidad. Salvo raras excepciones, no hay actividad profesional que se desempeñe autónomamente, sin interactuar con otras disciplinas. Sin embargo, no es extraño encontrar en el ámbito académico, ‘islas’ de conocimiento que, profundizando en aspectos específicos, dejan a veces de lado la vinculación con otras formas de pensamiento.
Los estudiantes que participaron de la experiencia se manifestaron entusiasmados por relacionarse con compañeros de otras disciplinas, con otras formas de pensar y encarar los problemas. También expresaron una motivación especial ante la posibilidad de trabajar con problemáticas reales, con posibilidades concretas de aplicación de las soluciones propuestas.
Otra consideración para resaltar es que la problemática encarada en esta experiencia no está circunscripta a la ciudad de Lobería, sino que se extiende a varias localidades de la provincia de Buenos Aires con talleres protegidos trabajando en temáticas ambientales. Durante el primer Encuentro Provincial de Talleres Protegidos, al que concurrimos como de invitados, se presentaron experiencias con necesidades semejantes a las que motivaron la experiencia en Lobería.
Por último, se debe resaltar que ésta no es la primera experiencia interdisciplinaria que llevan adelante ambas Facultades. Tiempo atrás se abordó en conjunto la problemática del diseño de productos para minimizar el impacto sobre enfermedades prevalentes en una villa de emergencia de nuestra ciudad, elevando los resultados del trabajo a las autoridades municipales de ese momento.
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