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Miércoles, 15 de Mayo de 2024 |
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Fue la propia Junta de Gobierno establecida por la Revolución de Mayo de 1810 quién instauró el festejo del 25 de mayo como una ocasión oportuna para establecer y fortalecer las ideas básicas por las cuales se había iniciado un régimen político que apuntaba a forjar un nuevo y mejor porvenir. Desde allí hasta nuestros días esta fecha siempre ha servido como un puente para establecer un balance entre lo actuado, el presente y las perspectivas futuras.
Desde nuestro punto de vista este Bicentenario de la Revolución de Mayo debe transformarse en una oportunidad que nos permita al conjunto de la sociedad argentina iniciar una etapa que apunte a dejar atrás luchas y divisiones que han acentuado la miseria política, económica y social por las que ha atravesado nuestra sociedad en las últimas décadas.
Esta etapa necesariamente deberá revitalizar las primitivas ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad que habiendo sido originadas por la Revolución Francesa fueron incorporadas en todos los ámbitos de actuación de los miembros de la Revolución de Mayo y aparecieron en nuestros símbolos patrios, conformando de esta manera un escenario de inclusión y pertenencia que abarcaba a todos los habitantes de nuestro suelo por igual, tanto pueblos originarios, como criollos y extranjeros, habiendo sido entonces el único requisito para la pertenencia el ideal patriótico del bien común.
En este marco aspiramos a que la contribución de nuestra Comunidad Universitaria durante el período que va de los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo al Bicentenario de la Independencia Argentina sea el de aunar los esfuerzos necesarios para establecer las bases de una Universidad integrada y compenetrada con las problemáticas de la sociedad, que sea parte de las discusiones de la misma y que primordialmente como fruto de esa integración y discusión sea parte importante en el aporte de las visiones que puedan dar solución a nuestros problemas actuales y futuros sobre las bases de sus tareas académicas primordiales de investigación, docencia y extensión.
En este sentido nuestra Universidad deberá también ser protagonista en los cambios y actualizaciones necesarios para nuestro sistema educativo y especialmente en el sistema de Educación Superior a fin de realizar los aportes necesarios para que el Centenario de la Reforma Universitaria de 1918 también sea el punto de confluencia entre la sociedad del conocimiento y los nuevos desafíos de formación de nuestros ciudadanos.
Este aporte deberá hacerse necesaria e ineludiblemente a través de la construcción de un espacio de poder participativo, republicano y federal, que servirá como marco para posibilitar la discusión de políticas de Estado que permitan incluir en un solo destino a todos los sectores hoy marginados y excluidos por condiciones de vida precarias y que resignifiquen el sentido de las palabras Nación, Representación política y Estado Nacional, las cuales para muchos de nuestros conciudadanos actualmente se encuentran vacías de contenidos y sin que exista consenso generalizado acerca de sus efectivos alcances.
Consideramos entonces que este ciclo de los Bicentenarios, debe ser entonces una herramienta que permita proyectar desde todos los ámbitos un nuevo modelo de país integrado en el contexto del trabajo en conjunto con nuestros países hermanos y vecinos estructurado por una fuerte visión de un futuro mejor, que al igual que en Mayo de 1810 no este pensado para nosotros sino para aquellos argentinos que nos sucederán.
Universidad Nacional de Mar del Plata
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