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Miércoles, 15 de Mayo de 2024 |
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A partir de los años 90, comienza a surgir en nuestras sociedades una creciente preocupación por la sustentabilidad de los procesos desarrollados en las actividades productivas. En este contexto, y debido a la desconfianza en los métodos de producción convencionales y a un mayor compromiso con la preservación del medio ambiente, los consumidores manifiestan su preocupación por la inocuidad, la calidad de los alimentos y los riesgos asociados a los métodos y tecnologías empleados en los procesos de producción y procesamiento de los mismos. Estas preocupaciones claramente se evidencian a través de cambios en la demanda de alimentos, orientada a la búsqueda de ciertos atributos de calidad considerados “deseables”, impulsando así el crecimiento de la producción de los alimentos llamados orgánicos.
Los alimentos orgánicos son aquellos que garantizan a los consumidores, a través de sistemas de certificación, que no se han utilizado sustancias tóxicas para la salud humana ni materiales transgénicos durante los procesos productivos.
La agricultura orgánica presenta a nivel mundial una significativa expansión debido, entre otros factores, al creciente interés demostrado tanto por productores como por los consumidores por el desarrollo de esta alternativa de producción; la misma está basada en los principios asociados a la agro-ecología e instrumentados a través de reglas estrictas que permiten el acceso a mercados de alta calidad.
A fin de conocer las preferencias y las elecciones de consumo en relación a diversos alimentos, entre los que se destacan las hortalizas, el Grupo Economía Agraria de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMdP realizó una encuesta a 300 consumidores de la Ciudad de Buenos Aires, en abril del año 2005. Lo interesante de esta investigación es que si bien el 30 % eran consumidores de alimentos orgánicos y el 70% no los consumían, ambos grupos manifestaron una clara preocupación con respecto al contenido de residuos de pesticidas en las hortalizas frescas. Los individuos que consumían alimentos priorizando las cuestiones de salud y nutrición y consideraban muy riesgosos a los alimentos convencionales por el contenido de ciertas sustancias (por ejemplo, pesticidas en hortalizas) resultaron ser los más inclinados a consumir orgánicos. El 81% de los consumidores de orgánicos manifestó que las propiedades de un alimento para la salud y la nutrición constituyen el motivo esencial para consumirlo y el 79% de ellos brindó alta calificación (superior a 7 puntos) al riesgo que implica el contenido de pesticidas en hortalizas.
Conocer la procedencia de un alimento resultó, para el 55% de los consumidores de orgánicos, un elemento clave a la hora de elegir consumir orgánicos y el trato personalizado en los negocios que los ofrecen se asoció a cuestiones de confianza y seguridad en lo que se consume.
Un aspecto a destacar es la opinión de estos consumidores en relación al funcionamiento de los organismos de control de la calidad de los alimentos. Una alta proporción de consumidores de orgánicos declaró que si bien era necesaria la existencia de un organismo de regulación (93%), estos organismos de control no eran demasiado eficientes (97%) y que preferían una regulación pública antes que por una regulación privada.
Los encuestados con mayor nivel de educación y los que buscaban información sobre la calidad de un alimento evidenciaron una tendencia más marcada hacia el consumo de orgánicos. De hecho, el 88% de los consumidores de orgánicos contaban con estudios superiores y el 82% buscaba información de los alimentos, generalmente en las etiquetas de los productos.
Cabe destacar que el 76% de los consumidores de orgánicos estaba dispuesto a comprar con mayor frecuencia alimentos orgánicos si el precio fuera menor, respuesta que se relaciona con los precios vigentes al momento de la encuesta, de las hortalizas frescas en los principales hipersupermercados y negocios especializados en la venta de orgánicos de la Ciudad de Buenos Aires. En promedio, la diferencia porcentual entre los precios de las hortalizas de hoja orgánicas y convencionales era del 84%. En su mayoría (76%), los consumidores de orgánicos estaban dispuestos a pagar este mayor precio por una hortaliza orgánica de hoja al mismo tiempo que entre los no consumidores de orgánicos un porcentaje nada despreciable (50%) estaba dispuesto a pagar un sobreprecio.
Si bien en nuestro país la mayor cantidad de hortalizas orgánicas que se produce tiene como destino la exportación, alrededor de 15.000 tn según datos del año 2008 de SENASA, y sólo un poco más de 300 tn se destinaron ese mismo año al mercado doméstico, la posibilidad de expandir las ventas de estas hortalizas presenta buenas perspectivas, teniendo en cuenta que los consumidores desean disponer de una oferta variada y estable de estos alimentos durante todo el año. Sin embargo, resulta relevante brindar una mayor información a los productores sobre los cambios en gustos, percepciones de riesgos y opiniones de los consumidores de nuestro país y de las posibilidades de compensar económicamente al sector productivo. Una buena señal del esfuerzo que realiza el sector productor de orgánicos lo constituye la reciente inauguración del primer puesto de hortalizas y frutas orgánicas en el Mercado Central de la Ciudad de Buenos Aires.
Beatriz Lupín. Docente e investigadora. Integrante del Grupo de Investigación “Economía Agraria” de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales-UNMDP. e-mail: mblupin@mdp.edu.ar
Elsa M. Rodríguez. Profesora-Investigadora. Directora del Grupo de Investigación “Economía Agraria”. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales-UNMdP
e-mail: emrodri@mdp.edu.ar.
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