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Miércoles, 15 de Mayo de 2024
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Inspirado en el modelo del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), se ha propuesto la creación del Instituto Nacional del Libro y de un fondo destinado a dar créditos y subsidios para la edición de libros argentinos, la comercialización de publicaciones nacionales en el exterior y la realización de ferias, entre otras acciones. La creación de una institución como ésta implica, para las Editoriales Universitarias, la oportunidad de replantear y planificar una política nacional de libro.
Es bien sabido que el libro y la Universidad tienen una afinidad profunda y una tarea común en la producción, conservación y democratización del conocimiento. En las universidades del mundo se han generado las grandes explicaciones del universo, las “Summas” teológicas y filosóficas, y las ideas revolucionarias de la ciencia y la política. El libro ha sido el vehículo a través del cual se han desarrollado los debates históricos de la cultura, uniendo o dividiendo épocas y continentes. Desde su nacimiento, ha convocado a la cultura a la discusión y a la reflexión.
Siendo un instrumento de conocimiento tanto como un símbolo de alta cultura, el libro ha sido un elemento insoslayable en el campo intelectual universitario y también con un alcance paradigmático en la comunidad. La supervivencia de esta relación no sólo se siente amenazada –a veces en un exagerado tono apocalíptico- por los nuevos soportes tecnológicos y la reprografía, sino por la ausencia de estrategias editoriales universitarias que permitan poner en valor y también recrear el viejo concepto del libro.
Cuando en el camino académico de los profesores e investigadores llega la hora de publicar el resultado de sus trabajos, no sólo se enfrenta el desafío de la impresión de la obra sino que, de inmediato, se debe planificar el encuentro de ésta con los potenciales destinatarios del libro, sus particulares lectores. Alcanzar ese público ahí donde se encuentre confiere a la edición un valor añadido que nuestras Universidades deben atender, cada vez, en mayor medida. La lógica interna del funcionamiento editorial, su dependencia o autonomía presupuestaria con la Universidad determinan el comportamiento editorial a la hora de organizar el catálogo, de producir, promocionar, distribuir, administrar, cumplir compromisos con los autores y buscar a los lectores potenciales.
Nuestras editoriales universitarias, en su conjunto, presentan una gran diversidad en sus organizaciones y en sus estrategias, pero alientan el propósito de producir bienes culturales, simbólicos, que son al mismo tiempo, mercancías que deberán competir en el mercado nacional e internacional del libro, sin que se pierda de vista su precio social.
Es esa capacidad de gestión “material” lo que nos permite subsistir, crecer, darnos a conocer y producir un cambio en la industria editorial argentina.

Osvaldo Picardo
Dir. de EUDEM

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