Los seres humanos han causado cambios sin precedentes en los ecosistemas de todo el planeta y han redistribuido las especies vegetales y animales de forma voluntaria o accidental. Como consecuencia de estos cambios, ciertas especies adquieren un comportamiento invasor en las localidades de introducción. Estas invasiones llevan asociados varios problemas como la pérdida de diversidad autóctona y la degradación de hábitat. Además, económicamente tienen efectos directos sobre las actividades agropecuarias, como es el caso de las malezas y en la salud pública, como ocurre con microorganismos o vectores de diversas enfermedades. El mundo debe destinar al año 400 mil millones de dólares para atender los impactos provocados por las especies animales y vegetales que son introducidas en ambientes donde no son nativas.
La Reserva Integral Laguna de los Padres (RILAPA) está ubicada a 14km de la ciudad de Mar del Plata y constituye un ecosistema con características únicas en la zona del sudeste bonaerense, importante reservorio de diversidad biológica y objeto de interés científico. Además, esta reserva constituye un importante centro recreativo, utilizado por muchos marplatenses y turistas, llegando a recibir un número de estimado de 10.000 visitantes por día en temporada alta. Ocupa una superficie total de 687 hectáreas, correspondiendo 319ha al cuerpo de agua y 368ha al área terrestre. Es la única área en Argentina que protege al arbusto conocido como curro (Colletia paradoxa) que junto con el tala (Celtis tala) constituyen los únicos representantes vegetales autóctonos (dentro del estrato arbustivo-arbóreo) que aún se conservan en la región. Desde hace varios años, la RILAPA ha sufrido la invasión de una maleza exótica de la familia de las rosas, conocida como zarzamora (Rubus ulmifolius), que también representa un grave problema en otras reservas de América y Oceanía. Esta planta posee estructuras leñosas subterráneas a partir de las cuales rebrota fácilmente. Sus tallos crecen de manera arqueada y cuando tocan el suelo generan raíces, lo que le permite avanzar rápidamente. Además, las semillas son dispersadas ampliamente por aves y mamíferos que consumen sus frutos. Es común que las personas la utilicen para cercos o la planten para aprovechar sus frutos. Debido a que forma densos matorrales espinosos, esta especie está cambiando drásticamente la estructura del hábitat natural, desplazando a las especies animales y vegetales nativas, causando una grave pérdida de biodiversidad. Por otro lado, esta planta invasora forma barreras impenetrables dejando inutilizadas casi la totalidad de las 80has pertenecientes a la zona intangible de la reserva, destinadas a la recreación y observación de la naturaleza. 
Ante esta situación, por iniciativa del Cuerpo de Guardaparques Municipal del Partido de General Pueyrredón, a mediados de 2006 se conformó un grupo de trabajo interdisciplinario, integrado por biólogos, ingenieros agrónomos y forestales, y observadores de la naturaleza, con el objetivo de  iniciar distintas acciones destinadas a controlar y revertir el proceso de deterioro de este ambiente. Se comenzó con una etapa experimental en la cual se ensayaron diferentes métodos para controlar la zarzamora, incluyendo también el monitoreo de la respuesta de las especies nativas frente a estas acciones. Los resultados obtenidos se plasmaron en la Tesis de Grado de la Licenciada en Ciencias Biológicas Ana Mazzolari. Este trabajo se enmarcó dentro del “Proyecto de Restauración del Bosque Nativo de Talas en el extremo sur de su distribución para su manejo sustentable”, declarado de interés ambiental por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible de la Provincia de Buenos Aires (expediente Nº 2145-7509/06), en el cual participaron integrantes de diversas entidades.
Es muy importante tener en cuenta para el éxito del proyecto, que en la etapa operativa es fundamental el permanente apoyo (económico y político) de las autoridades, debido a que las actividades que se desarrollan para el control de una especie exótica, deben ser continuas en el tiempo, para evitar la recolonización de la especie invasora. La zarzamora en particular necesita un constante monitoreo y trabajos de control, ya que tiene la capacidad de rebrotar vigorosamente luego de ser disturbada.
Actualmente, gracias a una Beca de Investigación de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se continúa estudiando la respuesta de las especies nativas frente a los ensayos realizados hace dos años. Lamentablemente a pesar del gran esfuerzo puesto en la etapa experimental, las acciones de manejo se encuentran detenidas desde el cambio de gobierno provincial y municipal, debido tal vez a que este proyecto no constituye una de las prioridades en comparación a otras problemáticas que enfrentan las autoridades. Esto generó que en áreas donde la zarzamora había sido removida, en menos de 1 año logró recolonizar y seguir avanzando, provocando que varios senderos de la RILAPA se vuelvan casi intransitables, rodeados de paredes espinosas de más 2m de altura. Esto desmerece el esfuerzo realizado y el dinero invertido en tratar de restaurar este ecosistema tan significativo para la zona. Sería de gran importancia retomar las acciones para controlar la zarzamora y aplicar el conocimiento obtenido hasta el momento, revalorizando de esta manera uno de los recursos naturales, paisajísticos y recreacionales con los que cuenta Mar del Plata.

Dra. Viviana Comparatore y Lic. Ana Mazzolari. Laboratorio de  Vertebrados. Departamento de Biología. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. UNMDP