La Extensión Universitaria constituye una de las misiones básicas de la Universidad. Es así en la ya aquilatada trayectoria de las Universidades Nacionales Argentinas desde las proclamas de la Reforma Universitaria de 1918. También en nuestra Universidad Nacional de Mar del Plata, que le otorga tal carácter -junto a la Enseñanza, la Investigación y la Gestión- en su Estatuto, en el que se establecen los objetivos, fundamentos, composición de los claustros, modalidades adoptadas para el ejercicio del cogobierno universitario en ejercicio de su autonomía, entre otros aspectos.
Concebida inicialmente como la forma de volcar los conocimientos desarrollados en los claustros -de docentes, de estudiantes y de graduados- al conjunto de la sociedad, se sostenía que tal vinculación realimentaba los saberes universitarios, que al confrontarse con la realidad eran revisados y readecuados a las distintas demandas y circunstancias. En esa perspectiva, el aporte de los graduados era muy importante, pues su experiencia cotidiana en los ejercicios profesionales posibilitaba la actualización de los contenidos curriculares de las distintas materias y carreras.
La vocación de servicio que guiaba a la Extensión Universitaria determinó una orientación de sus acciones hacia los sectores más postergados. Se procuraba así saldar con ellos la deuda social que se asumía como propia: sus condiciones socio-económicas les impedían el acceso a la Universidad y al beneficio de alcanzar sus conocimientos. Consecuentemente, un nuevo concepto habría de acuñarse: el del compromiso social de la Universidad, que definía una voluntad de desarrollar saberes que respondan a las demandas sociales y el compromiso de contribuir a generar mejores condiciones para el desenvolvimiento de una sociedad democrática y el cumplimiento de las funciones asignadas al Estado.
Las continuas crisis institucionales y los golpes de estado impidieron que las universidades argentinas ampliaran y consolidaran esas experiencias. Transcurridos ya más de veinte años de vida democrática ininterrumpida, aquellos conceptos son puestos a consideración en las nuevas circunstancias.
En el caso de nuestra Universidad Nacional de Mar del Plata, a partir de los últimos años los Proyectos de Extensión Universitaria reciben subsidios derivados de una partida presupuestaria específica. Han alcanzado ya un nivel suficiente de consolidación, constituyendo un elemento motorizador de estas actividades y significan una referencia para la mayoría de las universidades argentinas. Estos proyectos son adjudicados de acuerdo a los dictámenes de evaluadores externos y son la base para la especialización de algunos docentes en estas actividades.
Estas líneas de acción reciben el respaldo de cursos y talleres de capacitación, vinculados a prácticas específicas que posibilitan los Programas de Acción Comunitaria, de Educación Popular, de Vinculación Socio-productiva y otros afines. Estos programas cuentan con aportes conceptuales y recursos de otros promovidos desde la Secretaría de Políticas Universitarias. Durante el año 2006 nuestra Universidad tuvo la satisfacción de obtener el Premio Presidencial a las Prácticas Solidarias en la Educación Superior, promovido por el Ministerio de Educación, con el Programa de Autoproducción de Alimentos. Éste, originado en la Facultad de Ciencias Agrarias, pero que ya cuenta con integrantes -particularmente estudiantes y pasantes- de la mayoría de las Facultades, ha logrado que más de cuatrocientas familias de Mar del Plata y Balcarce hayan podido enfrentar la crisis de los años 2000/01 produciendo alimentos en huertas sobre terrenos afectados al tal fin, que en principio fueron para autoconsumo y luego desarrollaron su comercialización.
Por la vía de Programas impulsados por el Ministerio de Educación, un número importante de grupos de Extensión Universitaria constituidos por docentes y estudiantes está desarrollando proyectos adjudicados por los Programas de Voluntariado Universitario y de Promoción de la Universidad Argentina.
Las actividades de Extensión Cultural han dado lugar a los Ciclos de Cultura Alternativa, que se han organizado en los últimos veranos. Como derivación de ellos se suscribió un Convenio con el Instituto Nacional del Cine y Artes Visuales que permitió inaugurar el Espacio INCAA/Km. 404 - Universidad. Estas actividades, desarrolladas en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, incluyen a los organismos artísticos de la Universidad, integrados por los Coros, el Cuarteto de Cuerdas, la Escuela de Danza-Teatro y el Grupo de Teatro. Paralelamente, el Programa Universidad de Verano ha sido reestructurado y desarrolla sus actividades entre febrero y marzo de cada año.