Introducción
El compromiso social de las Universidades Públicas fue uno de los legados más trascendentes de la Reforma Universitaria de 1918.
La integralidad –articulación entre las misiones de la Universidad: investigación, enseñanza y extensión– es uno de los desafíos más importantes de esta época. Dentro de esta articulación confluye la misión extensión como parte de la enseñanza académica de los estudiantes revitalizando la formación ética, y en profunda conexión con las necesidades locales. Entre otros, este desafío nos abre las puertas a postulados de una Segunda Reforma Universitaria donde la vinculación con las necesidades y el desarrollo social tenga un rol protagónico (originando movimientos intra institucionales) que permitan adecuar las estructuras burocráticas de las Universidades a las necesidades sociales.
La evolución de los Proyectos de Extensión Universitaria
La Universidad Nacional de Mar del Plata comenzó el camino de apostar a la Extensión Universitaria, como parte de las estrategias institucionales de promoción de la pertinencia, en el año 2004. En ese entonces, el Rector Arquitecto Daniel Medina promovió la creación de un subsidio a proyectos, que se sostuvo anualmente y creció en convocatoria de proyectos y participación de la comunidad universitaria. Lo que inicialmente fue un subsidio, hoy forma parte del cuerpo de la Ordenanza de aprobación presupuestaria, contando además con presencia en el texto del Estatuto recientemente reformado.
La primera convocatoria fue regida por la OCS 1703/03. En ella, se establecía quienes podrían integrar los proyectos (docentes, no docentes, graduados y estudiantes) y se definían las áreas temáticas en las que se debían inscribir los proyectos a financiar. La construcción de dichas temáticas fue definida en acuerdo en una Comisión de Secretarios de Extensión, y los proyectos, que podían durar hasta dos años, debían acreditar participación de al menos una institución extrauniversitaria, que debía avalar la presentación del proyecto. Una vez consolidada la presentación serían evaluados primero en una instancia interna "bajo la responsabilidad de la Comisión Asesora de Extensión de la Universidad Nacional de Mar del Plata (CAE), cuyo objetivo primordial será la verificación del encuadre de las presentaciones a las políticas institucionales fijadas en la convocatoria." y luego por una instancia externa "bajo la responsabilidad de especialistas en extensión en las diferentes disciplinas. Para ello la Universidad Nacional de Mar del Plata constituirá un Banco de Evaluadores."
Durante la vigencia de esta normativa, se llevaron adelante 4 (2004 a 2007) convocatorias que posibilitaron la presentación de 120 proyectos de los cuales se aprobaron 70; principalmente en las categorías de Desarrollo Social y Cultural, Formación y Capacitación de Recursos y Prevención de Enfermedades. Estas categorías (desde su construcción epistemológica) reflejan en su mayoría, acciones donde la comunidad es depositaria de los saberes construidos en la Universidad.
A partir del crecimiento y desarrollo de los proyectos, y a la luz de nuevas demandas comunitarias y los modos de abordaje, se hizo evidente la necesidad de repensar la normativa para dotar de cierta flexibilidad a las convocatorias. Este proceso concluyó con la aprobación de la OCS 2175/07, en la que se define la extensión como "acciones planificadas destinadas a producir y desarrollar la transferencia al medio de los conocimientos científicos, tecnológicos, humanísticos y culturales disponibles en la Universidad." y propone flexibilizar las áreas temáticas, dejando esta labor en manos de la Secretaría de Extensión, a partir de la elaboración de normas para presentación de proyectos que regirán cada convocatoria en particular. En esta normativa también se otorga autonomía para fijar las prioridades de asignación de los recursos. Sin embargo, se sostienen lo lineamientos y procedimientos para la evaluación, dejando en manos de la CAE la valoración formal y en los evaluadores externos la valoración de contenido con base en los mismos criterios definidos anteriormente.
A partir de esta reforma, se llevaron adelante 6 convocatorias (2008 a 2013) en los se produjeron cambios en dos dimensiones: por un lado los escalafones de los proyectos y por otro las áreas temáticas. Los proyectos dejaron de ordenarse en función de su duración (convocatoria 2008 y 2009) a organizarse por el grado de avance en el cumplimiento de los objetivos propuestos (convocatoria 2010 a la actualidad); y pasaron de sostener las áreas propuestas en la OCS del año 2003 a redefinirse en función de nuevas problemáticas. Se presentaron un total de 81 proyectos en el primer tramo de convocatorias, de los cuales fueron aprobados 50, con la aparición con más fuerza de la categoría Mejoramiento del Hábitat. En tanto en el segundo tramo, se presentaron 182 proyectos, de los cuales fueron aprobados y financiados 102. Es interesante destacar que en este segundo tramo, la distribución presupuestaria por categoría de proyecto establecía un balance entre el fomento de nuevas iniciativas (50% del presupuesto destinado a proyectos nuevos) y la consolidación de las existentes (25% proyectos a consolidar y 25% a proyectos consolidados). En relación a las temáticas se homogeneizó la participación de todas las líneas con un crecimiento significativo de lo referido a Economía Social y Solidaria y Arte, Cultura y Comunicación.
Sin embargo, durante el año 2012, como parte del proceso de evolución y crecimiento de las iniciativas de Extensión, fue preciso revisar nuevamente la normativa general de los Proyectos de Extensión con la intención de reconocer la existencia de diferentes estadíos en el trabajo territorial. La norma creada fue aprobada en el año 2013, la OCS 212/13, en la que se construye una definición operativa para el Proyecto de Extensión, en sintonía con la definición propuesta en la normativa predecesora. Pero se produce un agregado significativo en materia integralidad y pertinencia: "Se promoverá de igual manera la integralidad, buscando la conjunción de la extensión, la investigación y la enseñanza en los proyectos. Asimismo se admitirán los proyectos que aun no siendo interdisciplinarios o integrales, por su relevancia constituyan una actividad de interés tanto para nuestra institución como para las instituciones y organizaciones de la sociedad civil involucradas". De igual forma, lo que inicialmente fuese la construcción de un aval de una o más organizaciones extra universitarias, se convierte en la conformidad con el plan de tareas del proyecto, y la definición del alcance de los compromisos de la misma con el proyecto, proponiendo un vínculo mayor de las organizaciones en la elaboración de los mismos. Se modificó la denominación de la evaluación interna, reconociendo que los aspectos formales forman parte de una instancia previa a la evaluación de los proyectos sosteniéndola en manos de la CAE. A consecuencia, la evaluación quedó en potestad de un comité de evaluación que se conformaría con evaluadores integrantes del Banco elaborado a tales efectos por la RexUni donde pueden participar tanto evaluadores de la propia Universidad como de otras.
Se modifica la noción de Interdisciplina por Integración para referirse a los campos del conocimiento necesarios para el desarrollo del proyecto. Sin embargo, también habilita la posibilidad de que la CAE elabore criterios complementarios para el desarrollo de la evaluación. Con esta normativa se sostiene la definición de las áreas temáticas para cada convocatoria así como el establecimiento de criterios de asignación presupuestaria.
A partir de esta reforma, se llevaron adelante 6 convocatorias a proyectos de extensión (4 ordinarias 2014 a 2017 y 2 extraordinarias destinadas a los Centros de Extensión Universitaria 2014 y 2015) en los que se puede observar la presentación de 126 proyectos a las convocatorias ordinarias de los cuales se aprobaron con financiamiento 63 y 8 iniciativas específicas para los Centros de Extensión Universitaria, que fueron financiados en su totalidad.
Producto de esta evolución dimos inicio a la actual etapa de trabajo en la que nos propusimos sistematizar el trabajo realizado en el tiempo, pero también ofrecer un espacio democrático, sincrónico y abierto para conocer la labor de la extensión como productora de conocimiento hacia la comunidad en general, tanto como posibilitar el reconocimiento y la construcción de alianzas estratégicas entre proyectos, territorios y organizaciones.
La Tecnología y la Información como Herramientas de Transformación
Acompañando este proceso, desde la Secretaría de Extensión Universitaria y con el involucramiento de las secretarías de extensión de cada Unidad Académica, se abogó por el diseño, desarrollo e implementación de un sistema de gestión. El primer paso dado con firmeza fue la implementación en 2016 de la primera versión del Sistema Integral de Información de Extensión de la UNMdP (SIIE), el cual representa un gran avance en varios aspectos esenciales para la misión extensión: por un lado, implica una herramienta de gestión informática que permite administrar de manera más efectiva todas las actividades y proyectos de extensión; por el otro, se dispone como nuevo instrumento de difusión, aprovechando el auge de las redes sociales y las tecnologías de comunicación.
Las personas encargadas de la gestión y las tareas administrativas de las distintas dependencias, encuentra en el SIIE el acceso a una base de datos alimentada a partir de lo generado por directores de proyectos y usuarios del sistema, tanto en los proyectos como en las actividades cargadas en el mismo. Esto les permite realizar un estudio estadístico profundo de las características temáticas, geográficas, de participación, etc, de la extensión, para elegir nuevas líneas políticas y de gestión. El SIIE representa una herramienta valiosísima para la toma de decisiones
A su vez, representa en términos de democratización de la información, un gran avance y un primer paso para alcanzar uno de los objetivos primordiales de la extensión: fortalecer el vínculo entre universidad y comunidad, siendo imprescindible el acceso a la información de lo realizado por parte de todos los actores y sectores que conforman el quehacer extensionista.
El SIIE brinda la posibilidad de contar con los datos en tiempo real de todos los proyectos y actividades que se presenten digitalmente. En la medida en que el mismo se utilice cada vez más, tanto para las convocatorias de rectorado como para las convocatorias de unidades académicas o externas (por ejemplo, aquellas que dependen de la Secretaría de Políticas Universitaria), toda la comunidad podrá acceder de una manera más directa y transparente a los proyectos, consultar sus detalles, contactar con las personas que llevan a cabo las actividades, etc. De esta manera, el SIIE se establece como un canal de comunicación entre la Universidad y la Comunidad, poniendo a disposición información pertinente.
Objetivo final: Datos Abiertos
Propender hacia una política de "datos abiertos" implica buscar el empoderamiento de la comunidad respecto de las actividades y proyectos de extensión, promovidas desde la Universidad, lo que, estimamos, provocará una creciente demanda por parte de los interesados en que dicha política se sostenga a lo largo del tiempo. Es por ello que, al permitir acceder primeramente al SIIE (y en un futuro no muy lejano al proyectado portal de Open Data), logramos aumentar el interés por la actividad extensionista, propiciando un punto de encuentro entre los diferentes actores, potenciando la sinergia de grupos y programas de extensión, logrando una retroalimentación en la evaluación de las actividades y proyectos, permitiendo realizar una evaluación más precisa de las políticas llevadas a cabo desde la Universidad, y sobre todo, mostrando a la comunidad todas las propuestas extensionistas llevadas a cabo desde las políticas de los proyectos de extensión.
Equipo de la Secretaría de Extensión. Agosto 2017