Las doctoras Luciana Barbini, María Berta Cousseau y Gabriela Pagnussat destacaron los aportes que, a lo largo de la historia, las mujeres han realizado a la ciencia. También analizaron las perspectivas actuales.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, las doctoras Luciana Barbini, María Berta Cousseau y Gabriela Pagnussat, investigadoras de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, analizaron con perspectiva de género el aporte de las mujeres a la ciencia a lo largo de la historia y también la situación actual.
La doctora Barbini, bioquímica de la Facultad de Farmacia y bioquímica de la UBA, doctora por la Universidad de Santiago de Compostela, investigadora adjunta del Conicet sobre el tema “Caracterización molecular y biológica de los virus de las hepatitis B y C” y directora de un grupo de investigación integrado por becarios doctorales y postdoctorales, profesora de Microbiología Clínica, Carrera de Bioquímica, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, UNMdP, destacó que “entre las mujeres trabajadoras en investigación científica, Hipatia, nacida en el año 370 antes de Cristo en Alejandría, es considerada la primera científica del mundo, ya que dedicó su vida al pensamiento y la enseñanza. Realizó aportes fundamentales en los campos de la matemática, la física y la astronomía, hasta que la asesinaron por considerar que sus trabajos eran herejes. Este hecho dio lugar a un mito en torno a su figura, considerándola como una “mártir de la ciencia”.
Barbini entendió que “en el transcurso de la historia, grandes mujeres de todos los tiempos han realizado importantes descubrimientos en distintas disciplinas, los cuales han posibilitado mejorar la calidad de vida de la población. En particular en la Argentina, ha sido muy considerada la importancia de promover el rol de la mujer científica y proteger su permanencia dentro del campo. Esto ha posibilitado que entre 108 naciones con las que trabaja la Unesco, comparativamente nuestro país posea el mayor porcentaje de mujeres activas en ciencia, es decir, que tienen publicaciones científicas en revistas internacionales de primer nivel, son invitadas a dar conferencias plenarias en congresos internacionales, dirigen grupos de investigación, etc.”.
En tanto analizó que “en el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina, la proporción y número de científicas en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), se incrementó en forma constante en los últimos años. Sin embargo, según las estadísticas, hay más mujeres en las categorías más bajas, y menos en posiciones estratégicas u ocupando puestos jerárquicos. Estos números indican que aún hay mucho trabajo por hacer”.
La bioquímica consideró que “es fundamental que desde el Estado nacional y desde la propia sociedad argentina se continúe reconociendo la importancia de la Ciencia y la Tecnología en el desarrollo del país y apoyando a las mujeres científicas en la construcción del conocimiento.
Al mar, con decisión y firmeza
María Berta Cousseau, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Mar del Plata, profesora extraordinaria, en la categoría profesora emérita, directora del Grupo de Investigación Ictiología, con 89 trabajos científicos, 6 libros y 10 capítulos de libros publicados y 28 tesis de grado y 9 tesis doctorales dirigidas, contó que “hace 53 años que comencé tímidamente a frecuentar un laboratorio de investigación en peces marinos, tema al cual me dediqué el resto de mi vida. Nunca tuve dificultades por ser mujer en mi desempeño, ni en el ámbito profesional, ni en las frecuentes visitas al Puerto y a las plantas procesadoras de pescado. Fue difícil en cambio conseguir que me permitieran subir a los barcos de investigación. Con la extinta doctora Carmen Cotrina, que fue la firme compañera en mis primeras incursiones a bordo, debimos mostrar mucha decisión y firmeza para conseguir nuestro objetivo. Y ahí tomé la real dimensión de lo que estaba tratando de conocer. Pude apreciar lo que es el mar, la rica expresión de la vida que allí se desarrolla?y también tomar conciencia de sus insondables misterios.
Gabriela Pagnussat, doctora en Ciencias Biológicas (UNMdP), investigadora independiente de Conicet, jefa de Trabajos Prácticos área Bioquímica y Biología molecular UNMdP, estudia los genes involucrados en el desarrollo de estructuras reproductivas en plantas. Tiene dos post-doctorados, uno con el doctor Lamattina en la UNMdP y el segundo en la Universidad de California, Davis, EE.UU. Aseguró que “la contribución de las mujeres al avance del conocimiento científico es amplia e históricamente innegable, aún en tiempos donde los ámbitos de la ciencia se encontraban vedados para la mujer”.
Según entiende, “a pesar de que existe cierto progreso, en muchos países del mundo las mujeres aún reciben menores salarios, ganan menos subsidios de investigación y son contratadas en una menor proporción por universidades e instituciones privadas. Es mucho más factible que una mujer científica abandone sus tareas de investigación luego de finalizar un post-doctorado, cuando debería comenzar su actividad independiente, que lo haga un hombre”.
Pagnussat apuntó que existe, además, “una muy escasa proporción de mujeres en puestos de decisión. No hay ni una sola mujer en el gabinete del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, lo que resulta sorprendente. Aun así, Argentina es uno de los países del mundo con mayor porcentaje de mujeres científicas trabajando activamente”.
Creo que se debe seguir trabajando, educando a nuestra sociedad de manera de poder eliminar los obstáculos que implican los estereotipos y los prejuicios a la hora de elegir sus estudios o desempeñarse en el ámbito laboral. Buscar caminos que permitan a las mujeres crecer en sus carreras, poder ocupar puestos estratégicos y que su participación y su opinión sean valoradas de la misma forma que la de un hombre en todos los ámbitos”, reflexionó.