Julio Aro y Geoffrey Cardozo trabajaron juntos para ubicar e identificar los restos mortales de los combatientes argentinos enterrados en el Cementerio de Darwin, como consecuencia del conflicto bélico ocurrido entre Argentina e Inglaterra en 1982.
Cardozo le entregó a Julio Aro información fundamental para concretar la identificación de los caídos argentinos. Con estos datos, Aro creó la Fundación No me olvides (2009), para darle un marco formal a esta iniciativa. El trabajo de ambos es pieza fundamental para lograr la fraternidad entre las naciones y la promoción de la paz entre los pueblos.
Julio Aro
Se casó y tuvo dos hijas. Fue presidente del Centro de Exsoldados combatientes en Malvinas de Mar del Plata desde 1992 a 1996. Ya adulto (con casi 40 años) se recibió de Profesor de Educación Física en el Instituto Superior de Formación Docente Nº 84 de Mar del Plata. En 1981 fue convocado al Servicio Militar Obligatorio de su país.
Con solo 19 años fue enviado a las Islas Malvinas como soldado conscripto y participó de la Guerra de Malvinas, que enfrentó a su país con el Reino Unido de la Gran Bretaña.
Al regreso sufrió estrés postraumático y la desmalvinización, una suerte de invisivilización de la guerra y sus consecuencias. Con ayuda de su familia superó lentamente su trauma.
En 2000 ingresó como encargado al Departamento de Veteranos de Guerra de IOMA, Instituto de Obra Médica Asistencial, para dar asistencia y contención a quienes habían participado en la Guerra de Malvinas.
En 2008 regresó a Malvinas para cerrar su historia personal. Al visitar el cementerio de Darwin, donde yacen los cuerpos de los argentinos caídos en la contienda contra los británicos, se sorprendió al ver que prácticamente la mitad de las tumbas (121 en total) decían “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Pensando en las familias que no podían cerrar sus duelos, se propuso devolverle la identidad a sus compañeros. Viajó a Londres en Octubre de 2008, mantuvo reuniones con veteranos de guerra británicos.
En esas reuniones conoció a Geoffrey Cardozo, el oficial que se encargó de recoger a los muertos de guerra argentinos y enterrarlos adecuadamente en las islas en un cementerio que creó en Darwin.
Cardozo le entregó a Julio Aro información fundamental para concretar la identificación de los caídos argentinos. Con estos datos, Aro creó la Fundación No me olvides (2009), para darle un marco formal a esta iniciativa.
Tras años de trabajo y de superar varias vicisitudes, en 2017 se pudo devolver la identidad a 88 héroes argentinos gracias al impulso de su trabajo, que involucró a los gobiernos de la Argentina, el Reino Unido de la Gran Bretaña, la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, entre otros organismos y personalidades, como el propio Papa Francisco.
Además de este proyecto, con la Fundación No me olvides Julio Aro ha llevado adelante otras tareas solidarias y humanitarias como la contención de los familiares de caídos en Malvinas, ayuda a colegios carenciados de su país y homenajes en permanente recuerdo a los argentinos caídos en la guerra de 1982.
Como profesor de educación física ha trabajado con niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, a través del Ente Municipal de Deportes de Mar del Plata.
Ha recibido reconocimientos locales y nacionales a su tarea solidaria y a favor de la no violencia.
Geoffrey Cardozo
Al final de la guerra que enfrentó al Reino Unido y Argentina en el Atlántico Sur, se le encargó, como oficial de 32 años, recoger a los muertos de guerra argentinos y enterrarlos adecuadamente en las islas en un cementerio que creó en Darwin.
Geoffrey Cardozo nació el 3 de marzo de 1950 en Francia a una madre francesa y un padre británico. Educado en escuelas francesas y británicas, asistió a las universidades de Zaragoza y Colonia antes de convertirse en soldado profesional.
Sirvió en misiones de restauración de la paz en Irlanda del Norte y en muchos otros teatros de conflicto o conflicto potencial en todo el mundo.
Se retiró en 2005 y trabajó durante 10 años para Veterans Aid, una organización benéfica con sede en Londres que cuida a ex combatientes en crisis, muchos de ellos sin hogar y / o con trastornos psicológicos.
Ahora es responsable, como vicepresidente, de supervisar las actividades de la Fundación Franco-británica en París, una organización benéfica que atiende a 800 jóvenes con problemas mentales en el cuidado de 300 funcionarios calificados.
El está casado y tiene dos hijos.
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