Se trata de la primera iniciativa de este tipo en Latinoamérica y está liderado por la doctora Juliana Cassataro, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de la Universidad de San Martín (UNSAM) y especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas.
El equipo ganó un subsidio de 100 mil dólares otorgado por la Unidad Coronavirus -Agencia de Investigación que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT)- para lograr el desarrollo de una vacuna. Cassataro explicó que apuntan a probar en “alrededor de nueve a doce meses” la etapa preclínica. A partir de allí, si obtienen resultados positivos, será clave la obtención de mayor financiamiento para iniciar la etapa clínica.
El proyecto se encuentra en una fase de estudios preclínicos. Al respecto Cassataro precisó que: “Ahora estamos en la parte en la que los especialistas virólogos y de estructura de proteínas se encuentran eligiendo cuáles son las partes del virus (SARS-CoV-2) que se van a usar en la vacuna, porque nos queremos asegurar que tenga los antígenos de la cepa que circula en nuestra región”.
Lo que sigue luego es “probar con diferentes adyuvantes o formulaciones en ratones para ver la inmunogenicidad, y ver cuál de todos los que probamos da la respuesta que buscamos, que es encontrar anticuerpos neutralizantes del virus”. El equipo que preside Cassataro está conformado por los investigadores Karina Pasquevich, Lorena Coria, Diego Álvarez, Eliana Castro, Claudia Filomatori y Lucía Chemes y becarios Celeste Pueblas, Laura Darriba, Laura Bruno y Eugenia Bardossay.